Mi ejemplo y mi compromiso.

Por: Alfredo Corral Luna

Antes de leer este escrito, se recomienda que leas ¡Y qué Angel! y Esa Mujer es mi Heroína, si no los has leído aún.

Después de leer los escritos de Ricardo y Quirino, acerca de mi madre Carmen Luna, decidí agregar un poco más a la historia, no sin antes agradecer a mi primo y mi tío las palabras tan bonitas que le dedicaron. Me atrevo a ser un poco repetitivo, porque la historia de las personas tiene muchos ángulos para observarse y la historia personal de mi madre es tan excepcional que merece ser contada desde todos los ángulos posibles.

Ella, estudió en la pequeña ranchería de Saltillo, hasta tercer grado de primaria, porque era lo único que había y lo más cerca. Para ir a la escuela, había que caminar como dos kilómetros. En aquél entonces ella tenía muchos deseos de estudiar, pero para ello tendrían que ir a vivir a Santa Bárbara o Parral, y eso sólo para estudiar hasta la preparatoria en un caso dado, ya si se querían estudios universitarios habría que vivir en Chihuahua.

Ahora que mi primo Ricardo toca el tema de como a su edad adulta estudió en turno nocturno mientras que en el día trabajaba, orgullosamente yo me siento culpable, porque en una ocasión nos dijo, –estudien ustedes que tienen oportunidad, si yo hubiera podido habría estudiado, se los aseguro. Yo le contesté –eso dice porque no pudo ir a la escuela, pero si hubiera podido, no le iba a gustar la escuela y había sido igual de burra. A los pocos días ya estaba inscrita en la primaria nocturna, terminó y le siguió con la secundaria y con puros dieces y uno que otro nueve me calló la boca. Aún recuerdo, como si fuera hoy el día de su graduación, rodeada de sus compañeros de clase y maestros, todos alabándola por su calidad humana, su inteligencia y sobre todo por su tesón. Como agrega Lalo en el escrito de Ricardo, el doctorado se lo da la vida porque con sus consejos siempre ha demostrado su sabiduría y ha sido un ejemplo de trabajo, dedicación y amor.

Platica el tío Quirino todo lo que tuvo que hacer para sacarnos adelante a sus hijos, de los que yo soy uno de los menores. No voy a platicar, por ahora, lo que para nosotros significó tenerla lejos, porque no se compara con el dolor de madre que se tuvo que alejar de nosotros. Hubo tiempos difíciles, a Yoly, como la mayor, le tocó hacerla de madre interina y también estuvieron ella y Lalo un par de temporadas en los Esclavos Unidos. Agradezco a los que vieron e hicieron algo por nosotros, en especial a mi tía Lupe Luna.

La primera vez que mi mamá vino a visitarme a Las Vegas, la llevé de paseo a California y me pidió ir a donde ella trabajó. Ahí entre sollozos me dijo –cada vez que los dejaba a ustedes allá, yo venía con un nudo en la garganta que no se me quitaba hasta que lograba regresar. Lo bonito que es California, yo no se lo veía por ningún lado. Después la llevé a Disneylandia y me dijo –Tantas veces que soñé con traerlos a todos a divertirse aquí y ahora eres tú el que me traes. –Yo le dije. –Es la misma Amá, haga de cuenta que usted trae a los otros cinco. Nos disponíamos a empezar el recorrido, cuando la mamá de un amigo que nos acompañaba, vio un lugar cómodo y con buena sombra y le dijo a mi madre. –Qué le parece si usted y yo nos sentamos y aquí los esperamos, mi mamá le contestó. –No, yo no vine hasta acá para sentarme, yo voy a todos los recorridos y juegos, si no, qué les platico a mis otros cinco. Así lo hizo. Les llevó fotografías de todo Disneylandia. Algunas personas me han dicho, cómo ustedes, que no tenían a alguien a friegue y friegue a ver si ya hicieron la tarea, a ver si no andaban de vagos, a ver si iban o no a la escuela y todo eso que hacemos los padres para tratar de que los hijos vayan por buen camino, han sido todos personas responsables, honestas y trabajadoras. Yo les digo que eso para nosotros ha sido lo más fácil, porque a nosotros se nos enseñó con el ejemplo, no con el discurso, nosotros no tuvimos una guía que decía una cosa y hacía otra. Nuestra madre es y ha sido el ejemplo para todos sus hijos, y espero que la cobija alcance para sus nietos y bisnietos. Nosotros no vivimos en una nube o entre borlas de algodón, vivimos en medio de la vida y la vida ofrece cosas buenas y malas, en lo personal, por ejemplo, allá por mis 20´s, un conocido, que por entonces consideraba amigo, me ofreció que nos dedicáramos a unos negocios turbios, por llamar de algún modo la actividad ilícita, yo le contesté. –El día que yo sienta que no sirvo para nada y mi madre haya pasado a mejor vida, yo te aviso. Hoy tengo el orgullo, de ver a mi madre a los ojos y con la frente alta, porque, aunque no lo he utilizado, le di el título universitario que me pedía, soy el hombre responsable y honesto que me enseñó a ser.

3 comentarios en “Mi ejemplo y mi compromiso.”

  1. Al leer esta otra parte de la historia me puse a llorar porque falta mucho que contar de carmelita, que recién Alfredo se fue
    Tuvieron que operarla de la varices y como sufrió.
    Y etc. Etc.por eso la queremos tanto.

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