Mis Tatarabuelos.

Chihuahua, Chih., enero 2021


Como es de ley, yo tuve 16 tatarabuelos, es decir 8 tatarabuelos y 8 tatarabuelas. Lo explico así: los 4 bisabuelos de mi madre y los cuatro de mi padre, da como resultados mis 8 tatarabuelos. Les voy a contar de dos de ellos porque están muy relacionados con el tema de la pandemia que hoy nos ataca y que en aquel entonces fue la “gripe española”.

La mamá de mi abuela Soledad, se llamó María Isabel Gándara Muñoz. Obviamente ella era mi bisabuela y los papás de mi bisabuela, que eran mis tatarabuelos, se llamaron Antonio Gándara y María del Pilar Muñoz. Antonio nació, aproximadamente en el año 1853 y Pilar en el año 1859 más o menos. Que yo sepa, ellos tuvieron cuatro hijos y dos hijas, cuyos nombres son María Paula, María Isabel (mi bisabuela), José Tomás Antonio, José Onofre, Valentín y Pedro.

La familia era originaria de Hidalgo del Parral, Chihuahua, pero en el año de 1919, que es del que vamos a contar, vivían en Estación Dorado del municipio de Allende, no muy lejos de Parral.

Contaba mi abuela Chole que ella viajó en tren con una tía suya, me imagino yo que de Estación Dorado hacia Parral o Santa Bárbara. Creo que la tía a que se refería era María Paula, hermana mayor de su mamá Isabel. Decía mi abuela Soledad que iba muy enferma con fiebre muy alta que la hacían alucinar, porque recordaba que veía hombres colgados en los postes de los cercos.

 El caso es que la abuela sobrevivió a aquellas fiebres que la aquejaban. No puedo asegurar pero es posible que mi abuela enfermó por la pandemia que aquejó al mundo entero hace cien años. Lo que si se de cierto es que mi tatarabuelo Antonio, sufrió la pena de sepultar por causa de la fiebre española a su hijo Valentín en los primeros días de enero de 1919, luego el 25 de enero registró la muerte de Pedro, otro de sus hijos y apenas si pasados cuatro días, sufrió la muerte de su esposa María del Pilar, mi tatarabuela.

Cien años después, aquí estamos amenazados por un virus tan letal o más como el de aquel entonces.

Con este escrito les invito familia a no bajar la guardia, porque aún podemos sufrir una segunda oleada y no podemos apostarle todo a la vacuna, por lo pronto.

Pospongamos las fiestas, las reuniones y adoptemos todas las medidas necesarias para el cuidado de la vida.

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